En secciones nerviosas ‘limpias’ se puede alcanzar tal éxito, pero en otros casos en que se consigue un 87% de funcionalidad es muy posible que no se restauren por completo las capacidades originales.
Redacción Farmacosalud.com
Hoy en día, si alguien necesita un injerto de tejido nervioso puede recurrir a un implante procedente de donante cadáver. Las secuelas sensitivas y motoras causadas por daños nerviosos son muy graves, de ahí que resulte muy difícil estimar hasta qué punto el paciente que recibe un implante procedente de un individuo fallecido recupera la sensibilidad y capacidad motora en la zona lesionada. “Es muy complicado alcanzar una discriminación sensitiva o una fuerza motora igual previas a la lesión. En secciones nerviosas limpias y distales podemos llegar al 100% de esos índices. Pero, según un estudio multicéntrico, el porcentaje de éxito del injerto ‘Avance’ es del 87%, lo cual es muy elevado, pero eso no significa que se haya recuperado toda la función”, advierte el Dr. Eduardo Blanco, colíder del Instituto de Traumatología Avanzada y Microcirugía (ITAM) de HLA Clínica Montpellier (Zaragoza).